GLORIA MARTÍNEZ RUIZ
En 1992, Gloria Martínez Ruiz era una estudiante
de 17 años que residía con sus padres y su hermana menor en el barrio
Florida-Portazgo de Alicante capital. Era bastante nerviosa, hasta el
punto que había llegado a desarrollar un cuadro psicótico agudo con
episodios de ansiedad, insomnio y pérdida de apetito, por lo que sus
padres la llevaron a la consulta privada de la psicóloga María Victoria Soler. Tras unas semanas de tratamiento, y en vista de que el estado de salud general de Gloria no mejoraba, la doctora Soler insistió a la familia el ingreso de la menor en la clínica Torres de
San Luis, una casa de reposo ubicada en medio del campo, en el término
municipal de Alfaz del Pí, donde se trataban pacientes con estrés y
depresiones. Que casualidad, Victoria Soler, junto con Alfonso Calvé (exgobernador civil de Alicante), era propietaria de dicho centro, que mejor que recomendarle a los padres que se gasten su dinero en su propio negocio privado.
El padre de Gloria, Álvaro Martínez Martínez, había discutido con la doctora Soler dos días antes, porque había recetado a Gloria unas gotas de Haloperidoles, un fármaco que comúnmente, aunque no exclusivamente, se usa para el tratamiento de las psicosis.
La clínica pretendía ser un centro de reposo para famosos, cobraba a sus
pacientes un millón de pesetas, seis mil euros, al mes y estaba rodeada
por un frondoso bosque, de difícil acceso por la noche sin luz
artificial.
Clínica Torres de San Luis, en la torre inferior de la imagen, en la planta baja, es donde se encontraba el cuarto de Gloria.
¿Os suena de algo el nombre de Alfonso Calvé? es uno de los nombres como culpable del "Crimen de Alcasser" que Juan Ignacio Blanco y Fernando García, dijeron en el programa "Esta noche cruzamos el Mississippi", casualmente dueño de un centro donde desaparece una menor de edad en extrañas circustancias. El año 1992 fue muy movidito en la Comunidad Valenciana en cuanto a crímenes y desapariciones de menores de edad, ¿Que pasaba en aquella zona?
La tarde del 29 de octubre de 1992, los padres de Gloria realizan el
ingreso. Tan solo una hora después, el
personal de la clínica la ató de pies y manos a la cama, para evitar
que se autolesionase, según declararon luego ante el juez. Añadieron que
Gloria fue sedada con Haloperidol, Largactil y Sinogan, todo un cóctel de drogas. Repitiendo la dosis sobre las siete y cuarto de la tarde ¿Que le hicieron para que Gloria, que entró calmadamente en el centro, instantes después tuvieran que atarla por un supuesto ataque de agresividad?
Desaparición
Esa noche solo estaban en la clínica un vigilante, una enfermera y el matrimonio de guardeses búlgaros (en algunas fuentes aparecen como rumanos).
La joven habría despertado de madrugada y pidió que la desatasen para ir al baño. Entonces, la atan porque ella misma se autolesiona, pero después la sueltan libremente sin vigilancia ¿no es una incoherencia? ¿ya no se iba a lesionar, sola, y sin vigilancia?
Según los mismos testigos, cuando una de
las auxiliares iba a pedir ayuda porque Gloria la empujó cuando la auxiliar pretendía adminsitrarle la tercera dosis de drogas, la joven escapó por una ventana
abierta de la habitación, un primer piso. Después, descalza, en pijama,
anestesiada, desorientada, sin conocer el lugar, de noche y sin gafas para ver (tenía ocho dioptrías), habría saltado la tapia del
centro, de dos metros de altura y ya no la volverían a ver. Todo muy estraño.
Cabe destacar que la clínica no avisó a los padres hasta las 8 de la mañana, de hecho, no avisaron ni a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como dicta la lógica. ¿Por qué no avisaron? finalmente fueron los padres los que tuvieron que interponer denuncia ante la Guardia Civil. Cabe destacar que en cuanto al salto del muro de dos metros que delimita el centro, se hizo una reconstrucción con una prima de Gloria, llamada Mariló, y fue incapaz de saltarlo.
Las investigaciones (como solía ocurrir en esta época) no aportaron nada de luz al asunto. En febrero de 1993 extrabajadores de la clínica denunciaron en Interviú (número 877) que Gloria nunca salió de la clínica. Dos años más tarde, en 1994, durante un tercer registro, se encontró en
un agujero de la pared, en la zona de la enfermería, una bolsa de
plástico con ropa interior y un cinturón de la joven que había pasado
inadvertida durante los dos anteriores registros.
La versión más preocupante del desarrollo de los hechos la dio el matrimonio de trabajadores búlgaros. Declararon que Gloria
pasó la mañana de aquel día sentada en la cafetería y que no mostraba
ningún comportamiento extraño. Por la tarde la volvieron a ver en el
mismo lugar y parecía estar ligeramente sedada, aunque hablaba con
coherencia. La niña pidió a la empleada unos folios y un bolígrafo para
pasar el rato escribiendo y dibujando, hasta que se retiró a su
bungalow. Un posterior estudio grafológico de estos escritos determinará
que la persona que los hizo estaba fuertemente drogada. Sobre las 11 de
la noche, la enfermera auxiliar fue en busca del guardés búlgaro, le
dijo que Gloria se estaba poniendo muy violenta, que
tenía que ayudarlas a atarla a la cama, que se diese prisa y se marchó.
Cuando el hombre se encontraba a medio camino, la misma enfermera le
salió al paso y le dijo que ya no le necesitaban, toda vez que habían
sedado a la niña y ya estaba mucho más tranquila.
Una hora más tarde, pasada la medianoche, unos alaridos tremendos
sacaron al matrimonio del sueño. Alarmados, se vistieron a toda
velocidad, cogieron una linterna y caminaron en la dirección desde donde
provenían los gritos: el bungalow de Gloria. Entonces escucharon nítidamente la voz de la enfermera ATS que gritaba “¡¡¡Gloria, no!!!”.
A continuación, esta misma enfermera fue al encuentro del matrimonio,
les dijo que la pequeña se había escapado y les ordenó que regresasen a
su habitación ante las reticencias del hombre, que propuso salir a
buscarla ya que no podía haber ido muy lejos. La enfermera se lo
impidió, alegando que antes que nada había que llamar a los médicos y
les amenazó con posibles problemas dada su condición de inmigrantes en
situación irregular en España si no hacían lo que les ordenaba.
¿Por qué la enfermera se negó tan rotundamente a que el matrimonio les ayudara, llegando incluso a coaccionarlos? si una persona escapa del recinto, los primero minutos son los más importantes para intentar localizarla, además estaba sedada y en plena oscuridad, no era imposible haberla localizado.
Aparece un sorprendende testigo
En julio de 1999, una testigo anónima enviaba una carta al
despacho del abogado Antonio Martínez Camacho, representante de los intereses legales de la familia de Gloria Martínez.
La misiva, escrita a mano, sin remitente y con matasellos de Sant
Vicent del Raspeig (Alicante), aportaba datos inquietantes sobre el
caso, que llevaron al letrado a acudir inmediatamente al juzgado para su
aporte a la causa. La autora aseguraba haber
visto a Gloria Martínez pocas horas después de su
desaparición en la localidad de Tibi (Alicante), a 45 kilómetros de
Alfaz del Pí, a la salida de la casa de una “enfermera joven y flaquita” que vivía con otra mujer. Explicaba que estas dos últimas estaban sacando a Gloria de la casa: “Vimos
a la chica más alta salir con ellas como desmayadita, y nos dijeron que
la llevaban al hospital. Desde que ocurrieron los hechos, en 1992, he
tenido en mi conciencia el picudo sufrimiento del callar”. Tras
justificar su silencio durante todo ese tiempo porque su marido le
recomendó no meterse en asuntos que no eran de su incumbencia, la carta
concluía con un lacónico “Lo siento”. La Guardia Civil realizó
una serie de pesquisas basadas en los datos aportados en la misiva, pero
no encontró ninguna pista fiable sobre el paradero de la desaparecida. Finalmente, la investigación no pudo concluir con resultados y se cerró en el año 2000 sin sospechosos.
Se hace difícil que Gloria escapase en su estado y que, a día de hoy, no se haya sabido nada de ella ni encontrado su cuerpo, ¿heredó las habilidades de fuga de Antonio Angles? ¿hubo negligencia con las sedaciones y Gloria nunca salió de la clínica? ¿hubo algún tipo de rapto? cabe mencionar que el centro contaba con 3 fosas sépticas.
Sentencia de responsabilidad civil
La Justicia archivó el caso en octubre de 1996, aunque los padres de Gloria
consiguieron su reapertura a base de demandas y querellas. Finalmente,
en 2008 se condenaba a la
psiquiatra María Victoria Soler y a la empresa propietaria de la clínica Torres de San Luis, Zopito SAL, a indemnizar a los padres de Gloria Martínez Ruiz
con 104.000 euros por los daños morales sufridos. La sentencia aseguraba
que la psiquiatra sabía perfectamente que la clínica carecía de
licencia administrativa para funcionar como centro de ingreso
psiquiátrico y no contaba, por tanto, con las condiciones necesarias
para el internamiento de personas con problemas mentales graves. El
fallo también indicaba que el bungalow del que supuestamente escapó la
niña carecía por completo de medidas de seguridad. Sí, solamente se condenó a responsabilidad civil, los juzgados estimaron que penalmente no había ninguna culpa por parte de los gestores del centro.
La sentencia del juzgado alicantino aclaraba que la doctora Soler
era, a su vez, socia y secretaria del Consejo de Administración de
Zopito SAL, empresa propietaria del complejo de reposo. Otro de los
socios era Alfonso Calvé, gobernador civil
de Alicante. Cabe añadir que era un centro
deficitario, de hecho cuando desapareció Gloria, ésta era la única
paciente internada. A pesar de que la clínica no ganaba ni para cubrir
gastos, los empleados cobraban puntualmente. ¿Por qué interesaba mantener unas instalaciones que no ofrecían ganancias? de hecho, el centro cerró poco después por el escándalo de la "desaparición" de Gloria.
Un apunte a modo de "casualidad", Gloria Martínez desapareció 14 días antes que "las niñas de Alcasser". Alfonsó Calvé, fue nombreado Gobernador Civil un mes después de la desaparición de Gloria, ¿fue un premio por conseguir "algo"? La psiquiatra María Victoria Soler sigue ejerciendo como psiquiatra a día de hoy.
Fuentes
Interviú número 887.
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