El 20 de abril de 1997 Eva Blanco, de 16 años, murió asesinada por 20 cuchilladas. Su cuerpo apareció en una cuneta de la carretera que une Algete y
Cobeña (Madrid). Casi 19 años después, la Guardia Civil, con una
muestra de semen como principal prueba, resolvió el caso y se sacó la
dolorosa espinita de una investigación que no cesó en ningún momento.
Fueron años de pasar la criba pueblo a pueblo, de apertura de decenas de líneas de investigación que no daban resultado, de tesón de unos agentes que tenían la "obligación moral" de encontrar al asesino y que se sentían en deuda con la familia de Eva, como relata el teniente coronel Javier Rogero, que durante 18 años participó en las pesquisas.
El 19 de abril de 1997 era sábado. Eva y sus amigas fueron a divertirse a una discoteca de Algete. Sobre las 23.30 horas, Eva, que había cortado hacía poco la relación con su novio, decidió volver a casa. Iba acompañada por una de sus amigas, la última persona que la vio con vida, aparte de su asesino.
A unos cientos de metros de su casa -un adosado en uno de los nuevos barrios de Algete-, Eva se despidió de su amiga y se encaminó hacia su hogar. Pero nunca llegó. Alguien se interpuso en su camino, la agredió sexualmente y la asestó numerosas puñaladas. Dos de ellas le alcanzaron el corazón.
Sus padres acudieron a la Guardia Civil extrañados de que su hija no hubiera vuelto a casa. Muy entrada la madrugada, el cuerpo sin vida de la joven fue hallado en una cuneta de la M-100, una carretera que aún estaba en construcción a 6 km de Algete. Estaba vestida, con los botones abrochados y alineados y muchas puñaladas atravesando la ropa. Intentó huir por el terraplén. No lo consiguió.
Ni rastro del arma en la zona y muy pocos vestigios que la inspección ocular pudiera marcar. Había llovido toda la noche y el agua pudo borrar algunos. Sí se recogió una muestra de semen de los restos hallados en los órganos genitales de la víctima.
Informe de la autopsia
Eva fue apuñalada en la espalda 19 veces antes de morir por la pérdida de
sangre alrededor de las 4:00 horas de la madrugada. El arma homicida era
una navaja de entre 8 y 10 centímetros de largo y 1 cm de ancho.
La primera puñalada en el costado del cuerpo se hizo mientras estaba
sentada en un vehículo y el resto después de que saliera e intentara
correr cuesta arriba junto a la carretera. Muchas de estas heridas
posteriores, en su mayoría encontradas en la oreja y parte posterior de
la cabeza de Blanco, fueron superficiales y se interpretaron como
"apasionadas", mientras que la primera herida fue profunda y puede haber
sido fatal incluso en ausencia de todas las demás.
El himen de Blanco estaba desgarrado y el semen del mismo hombre se
encontró en su boca, vagina y ropa interior. También se extrajo una
fibra roja de la boca de Blanco, que posteriormente fue identificada por
el Centro de Documentación y Museo Textil de Tarrasa
como perteneciente a un tipo común de tapizado de automóviles, lo que
confirmó que Blanco había estado en un vehículo después de su
desaparición. ¿Con quién se subiría Eva? tendría que ser con alguien que le diese la confianza suficiente como para ir en su vehículo.
Lugar donde se encontró el cuerpo de Eva
En marcha la "operación pandilla"
Comenzó así la "operación Pandilla", una infatigable y difícil investigación que no se paró en ningún momento. Por el contrario. Cada vez que un nuevo teniente o capitán se hacía cargo del grupo de Homicidios, se le pedía que revisara el caso con "nuevos ojos" por si a los demás se les hubiera escapado algún detalle que pudiera ser importante para las pesquisas, como recuerda Rogero.
Por supuesto, se investigó al exnovio, a todo el entorno familiar y escolar, al círculo de amigos, a todas las personas que trabajaban en turnos de noche en la zona (basureros, repartidores...), a todos los que paseaban a esas horas a sus perros, a quienes se les había denunciado por tenencia de armas blancas...
Hasta se investigó al padre de Eva. Él sabía que podía ser uno de los primeros investigados porque entendía que así era el trabajo de los agentes. Y así se lo trasmitió a ellos. Y por supuesto, se miró con lupa a todos los que pudieran tener antecedentes por delitos sexuales, incluido un vecino de la calle donde vivía la familia de Eva, pero el cotejo genético le descartó.
Diarios
Ocho meses
después del crimen, la madre de Blanco encontró dos cuadernos
escondidos entre cajones en la habitación de su hija. Fueron etiquetados
como "95-96" y "96-97", y fueron escritos a mano por la víctima hasta
el día de su asesinato. Muchas de estas páginas no contenían nada más
que "Eva y Miguel", el nombre de su exnovio, repetido una y otra vez con
diferentes colores de pluma. Sin embargo, dos páginas antes del final
del último, "Eva y Miguel" fueron reemplazados por "Eva y 343110". Todos
los intentos por descubrir el significado de "343110" fueron
infructuosos, y algunas hipótesis giraron en torno al hecho de que "34"
es el prefijo telefónico de España y "110" era el código postal de
Algete, de la zona en la que vivía Blanco. También hubo teorías por parte de los medios de comunciación de que esos códigos pudieran tener significado neonazi.
Prohibido darse por vencido
Entre los escasos vestigios hallados en el escenario del crimen, fue analizada una fibra roja por si se correspondiera con una prenda de ropa o con la tapicería de algún coche. Se envió al Instituto Textil, pero no dio resultado.
Tampoco pudo aportar nada la huella de zapato de hombre recogida en el lugar de los hechos y que tenía restos de sangre. Era la huella de unos zapatos clásicos, muy parecidos a los que usaban las fuerzas de seguridad. También se cotejaron, pero el resultado fue negativo.
Un testigo llegó a mencionar que pasadas las once de la noche había visto por la zona un Renault 18 de color blanco. Todos los coches de ese tipo, incluidos los que estaban en los desguaces, de Algete, Fuente el Saz de Jarama, Cobeña, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, etc...pasaron por los ojos de los investigadores. Durante la inspección ocular se halló un preservativo a 400 metros del cadáver, pero el semen no se correspondía con el del asesino.
Años después, la pareja que lo había usado acudió a la Guardia Civil para decir que la noche del suceso habían estado practicando relaciones sexuales en esa zona. Fue antes de que ocurrieran los hechos y no vieron nada. En ese momento eran menores de edad y por eso habían callado.
Más de 2.000 vecinos se ofrecieron para someterse a la prueba de ADN para ayudar a esclarecer el caso y comparar las muestras con al recogida de semen en la escena del crimen. Pero la juez que instruía la causa no lo autorizó. Pero había que confiar en los avances en la genética forense y la Guardia Civil solicitó al Instituto de Ciencias Forenses de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela un estudio de la muestra de semen del autor.
El estudio determinó que esa muestra se correspondía con una persona del norte de África, así que los investigadores se hicieron con el padrón de todos los pueblos de la zona en la fecha del crimen y se intentó contactar con los marroquíes que aún residían allí y con los que se habían ido en fechas recientes al suceso.
Unas 200 personas estaba en el foco de los investigadores. "Todo el mundo colaboró" para la recogida de muestras, relata Rogero, incluido quien fue determinante para la resolución del caso: el hermano del presunto asesino, que aunque su ADN no coincidió al 100 % con la muestra, sí dio positivo.
Descartado que él y otro hermano fueran el autor, los agentes se centraron en Ahmed Chelh, que había abandonado España dos años después del crimen y residía en la localidad francesa de Pierrefontaine Les Varans. Allí había iniciado una nueva vida con su nueva mujer y sus hijos, muy diferente a la que llevó en España. En nuestro país vivía en una caravana dentro del vivero donde se ganaba la vida llevando encargos de tiendas de flores.
Caso cerrado
Ahmed Chelh, de 52 años, fue detenido el 1 de octubre de 2015 ante la estupefacción de su nueva familia. Reconoció que conoció a Eva, pero ante el fiscal francés declaró que dos individuos le obligaron a acercarse a la joven en un descampado y a eyacular sobre ella. Nadie se creyó su versión.
Fue trasladado a España. Permaneció cabizbajo en los interrogatorios. Así le recuerdan los agentes. El 9 de octubre una juez de Torrejón de Ardoz decretó su ingreso en prisión. En febrero de 2016 se suicidó en la cárcel madrileña de Alcalá Meco con los cordones de sus zapatos
Fuentes
https://www.publico.es/sociedad/crimen-eva-blanco-muestra-adn-criba-pueblo-pueblo-caso-eva-blanco-19-anos-despues.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Asesinato_de_Eva_Blanco#Descubrimiento_del_cuerpo
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