Virginia Guerrero Espejo y Manuela Torres Bougeffa , de 14 años y 15 años, eran dos íntimas amigas que residían en la localidad de Aguilar del Campoo (Palencia). “Virginia era, en esencia, noble”, recuerda su hermano Emilio. Todos coinciden. Buena, tímida, tranquila… Es lo que dicen los que la conocieron. Nació y se crió en Aguilar de Campoo, un pueblo que en aquella época olía a galletas. La mayoría del municipio vivía, de algún modo, de la fábrica Fontaneda. Virginia tenía dos hermanos y una hermana, y su padre había fallecido. Al pueblo se vino a vivir una niña que se llamaba Manuela y procedía de Aix-En-Provence (Francia). Su padre, José, de etina gitana. Su madre, Karima, es parisina, pero tenía familia en Aguilar de Campoo, por lo que se establecieron en el pueblo. El padre de Manuela se encontraba en paradero desconocido después de que un juzgado dictara orden de busca y captura contra él. José y Manuela (padre e hija) Era la tarde del 23 de abril de 19...
Las sombras de Ávalon
“Aquellos que controlan la justicia controlan el poder”. Blog dedicado a crímenes, desaparecidos y otros misterios.